lunes, 24 de octubre de 2016

CARTA ABIERTA A DOS PATRIOTAS BAYAMESES.


Mi querido David Rodríguez:
Respetado Joel Lachataignerais Popa
He leído en el muro de David el comentario ¨Ni olvidar, ni cambiar, ni confundirse” escrito por Joel Lachataignerais Popa, y me he animado a darles mis puntos de vistas.
Tú, David, que llevas nombre pequeño vencedor del grande, debes saber que hay más valor en el que apoya al que está en desventaja que en el que se escuda en la grandeza del posible vencedor, o va a la batalla parapetado tras la espalda del líder. En este caso, esos en desventaja, somos los cubanos. Los cubanos casi todos, diestros o siniestros, de dentro y de afuera. Los cubanos de hoy somos las víctimas de la política hostil y obcecada de los gobiernos imperialistas estadounidenses tanto como de la desmesurada ideo-politización de nuestra nación, un liderazgo estatal basado en el caudillismo y la ineficacia administrativa de nuestro propio gobierno.
Cuba necesita periodistas que no olviden, como escribe Joel y tu compartes en tu muro, que no olviden el sabotaje de La Coubre, ni el Crimen de Barbados, ni a los balseros muertos en el estrecho de La Florida, ni a los confinados en la UMAP, ni a los que cayeron en Angola, ni a los que no cayeron, muchos de los cuales aun sufren los traumas psicológicos que toda guerra deja como secuela en los soldados.
Me gustaría que tuviéramos más periodistas que investiguen las historias de las médicas y enfermeras cubanas, las historias de solidaridad, amor y vida, quiero creer, de la mayoría; además de los testimonios de algunas que, por ser jóvenes y hermosas, y mantenerse dignas, y no utilizar su cuerpo como ración de acomodamiento, son confinadas por funcionarios inmorales a los lugares más inhóspitos en las misiones, como mecanismo de chantaje. Necesitamos directores de medios y jefes de redacciones que jamás olviden que esta pretende ser ¨La Revolución de los humildes, con los humildes y para los humildes¨ y no la revolución de los dirigentes políticos y gubernamentales, como se infiere de los titulares de nuestros espacios informativos. Que mucho más importante que un recorrido de Machado Ventura es la hazaña del obrero arrocero de Manzanillo, por ejemplo, que, cuando se acaban los cinco o seis meses de molida, se las aeregla para seguir alimentando a su familia durante un período para él muy similar a aquel aborrecible ¨tiempo muerto¨.
Como bien escribe Joel, hace falta un periodismo que no se deje confundir. Que no extienda la palma golosa ante la dádiva, mal venga ésta lo mismo de la USAID que de la ventaja de ser el preferido del primer secretario del Partido en el territorio. Un periodismo que no confunda Patria con tipo de gobierno ni Nación con ideología política, ni Participación ciudadana con diálogo de sordos, y que no confunda tribuna con presidencia. Porque en todo caso la defensa de la Patria, la Nación o determinada ideología política, implica mucho más hurgar en nuestras realidades que estar a la caza constante de cualquier torpeza o vileza de parte de los enemigos de Cuba, o de aquellos que nuestros gobernantes consideran enemigos, y no me refiero sólo al gobierno de los Estados Unidos, recordemos cuando José Feliciano, Oscar d´León, Los Beatles, Isaac Delgado y tantos otros, estuvieron prohibidos en la radio cubana.
La defensa de la Patria, a través de los símbolos, debe tener como premisa ese sol del mundo moral del que hablaba José de la Luz y Caballero, y si un periodista escoge ser revolucionario en estos tiempos, si quiere ser verdaderamente transformador con todos y para el bien de todos, debería revelar, cuestionar, argumentar y criticar cualquier fenómeno que ponga en riesgo ¨ese sol del mundo moral¨, venga de donde venga, y caiga quien caiga, sin detenernos tanto a sopesar si le conviene o no a los enemigos de Cuba, porque siempre la desidia, el abandono, la ineficiencia, la estrechez mental, el oportunismo y la demagogia, siempre será conveniente para los enemigos de cualquier intención noble, lleve ribetes azul Prusia o rojo escarlata. Respecto a no cambiar, con todo respeto, discrepo Joel:
Pienso que necesitamos un periodismo consecuente con su rol social. Se mantenga, sí, al lado del baracoense que vio convertido en cenizas su trabajo de toda la vida, lo mismo que de la abuela que, allá por Tampa, no pudo recaudar a tiempo el dinero para rescatar a su nieta de las fauces de unos traficantes mejicanos, y no pudo evitar que violaran y vejaran a la muchacha.
Me gustaría que los noticieros cubanos tuvieran menos cifras, menos funcionarios herederos de Cantinflas, menos estudiantes cotorras diciendo lo que se espera de ellos en vez de lo que en realidad piensan.
Aprecio que Cuba necesita periodistas que, de acuerdo o no con la ideología estatal, hayan estudiado o no en la universidad, pertenezcan a un órgano de prensa oficial o no, sean incluso cubanos o no lo sean, sí estén honesta y profundamente comprometidos con el mejoramiento humano, la forja de una Patria con todos –sin excluir a nadie porque no coincida con el punto de vista del Partido o el gobierno-, y para el bien de todos, comenzando, por el bien de los más necesitados. Necesitamos periodistas capaces de preguntarle en público al Presidente del Consejo de Estado si considera auténtico o manipulado ese video que muestra a un sobrino suyo dándosela de millonario en Turquía, cuando debería ser, por su estirpe y el simbolismo de su familia, lo más cercano al hombre nuevo soñado por el Che. Por todo eso, mi estimado Patriota Bayamés, David Rodríguez, es que te digo que nuestro periodismo, y cuando digo nuestro me refiero al periodismo de todo aquel que quiere el bien para Cuba, sí necesita hacer los más profundos cambios y, el primero, aprender a respetar y hacer respetar el ¨derecho que todo hombre tiene a pensar, y a decir honradamente lo que piensa¨, sean cuales sean las consecuencias para los que tienen el poder.
Un abrazo.

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