lunes, 21 de noviembre de 2016

Rendición sin cuentas

"Uno se va cansando de vivir en un pueblo de dirigentes mentirosos", la frase, dicha a voz en cuello, hace que me detenga en una esquina de la calle Maceo y mire hacia la izquierda. Alguien que se cruza conmigo me dice: "Oye, esa asamblea está en candela", y decido caminar una cuadra hasta la calle Saco.
La electora Úrsula Lopezchávez hace uso de la palabra en la Asamblea de Rendición de Cuentas del Delegado ante sus electores de la circunscripción 27 en el Consejo Popular # 6. Los demás, la escuchan en silencio: "Aquí en Manzanillo te encuentras una bombilla encendida y tres apagadas, pero si vas a Bayamo -que yo he ido-, lo ves todo lindo, alumbradito y en Santiago, donde manda el hijo de papi, ni hablar". Otro elector, trabajador de la Empresa Eléctrica, le explica que por ahorro, en todo el país, se ha limitado el alumbrado público: "lo que pasa es que cuando vas a otro lugar la guagua pasa por el centro, y el centro siempre tiene luminarias, pero ve a la periferia para que veas".
Pero Úrsula no está convencida. Me cuentan que ya su hermano Rafael ha planteado "el asunto de los metro contadores de agua que, cuando ponen el agua para la zona, se pasan cantidad de tiempo contando aire, que es lo que sueltan primero las tuberías", y que: "es una lástima que aquí no haya nadie del acueducto para que explique eso, y la demora en coger los salideros".
Los demás electores callan. La delegada manda a tomar nota y promete que habrá respuesta.
Úrsula vuelve al ataque, se queja sobre la polícía: "Los llamé por un problema en mi trabajo, y demoraron lo que les dio lagana en llegar... Y dónde está la polícia? Persiguiendo los carretilleros"... La mujer aclara que: "no es que estemos contra el proceso, es que pasa el tiempo y el tiempo y siguen sin resolverse los problemas, porque lo que hace falta es resultados, soluciones, no palabras"...
Cuando termina la asamblea de la circunscripción 27 del Consejo Popular número 6, sólo tres electores han hablado. Los demás murmuran, se retiran en silencio, asiente o se muestran sorprendidos. La delegada, sin ningún apoyo de otra autoridad del municipio, recoge la bandera de la estrella solitaria

sábado, 5 de noviembre de 2016

Símbolos expiatorios?

Ahora parece que el problema es meramente de simbolismos, y no de esencias.
Esta mañana, en el blog de Fernando Ravsberg, leí un comentario acerca de un artículo en el cual se advertía sobre la tardanza del gobierno cubano en autorizar la visita de ciertos cruceros turísticos. Según el subscriptor, la causa de la demora estaba en que el gobierno debía evaluar los riesgos de la guerra cultural y simbólica que nos hacen desde los centros imperialistas.
Bien sé que la burocracia es altamente eficiente en generar chivos expiatorios, y que en Cuba tenemos todo un sistema ideo-político vinculante entre la desidia estatal y las agresiones exteriores, que cada año llega a su climax propagandístico alrededor de la fecha en que en la ONU se discute acerca del bloqueo.
Sí, las afectaciones económicas propiciadas por el bloqueo estadounidense a la economía cubana, son una realidad y no las cuestiono. También sé que la ideo-política oligárquica es altamente eficaz en reinventarse fundamentaciones conceptuales a su dinámica de egoismo y expoliación a los pobres.
Pero no puedo dejar de pensar en nuestros girovagantes, esos arribistas que, desde sus autos pagados por el pueblo y no por la herencia de sus ancestros ricos ni su propia iniciativa capitalista, andan desde la superioridad que les da su supuesta fidelidad absoluta a la Revolución y, cuando la cosa se les pone fea, saltan el charquito y se convierten en más anti-revolucionarios que los mismísimos batistianos, o de pronto emergen como nuevos ricos, como si uno se tragara el cuento de que lograron la plata son su salario de cuadro revolucionario.
He ahí la esencia que me pone a pensar, que me hace cuestionar si nuestra sociedad, la cubana, no está teniendo un fallo sistémico de valores motivado por esa fatal combinación del síndrome de plaza asediada con el síndrome de la infabilidad promovido por la ideologética del invicto comandante, del que nunca se equivocaba, por más que él mismo reconociera en múltiples entrevistas que es un ser humano como todos.
Una cuestión, quizás la cuestión esencial, salta a la vista. el reduccionismo conceptual con el cual nos acercarnos desde el punto de vista pragmático a los símbolos, que es en un final de lo que se trata..
Desde Aristóteles se sabe que un símbolo o sistema de símbolo es cualquier objeto, o su representament, que en determinado contexto, y asociado ha determinada construcción cultural, adquiere relevancia social. De manera que a mi me parece una tontería reduccionista y epidérmica hablar a estas alturas del campeonato de ¨guerra de símbolos¨ o ¨enfrentamiento a símbolos de poder¨ etc. Si durante las décadas del sententa, el ochenta y el noventa en nuestras universidades y centros de formación política se hubiera estudiado en serio teoría de la comunicación y semiótica, y no todo aquel manualismo tendencioso y fascistoide soviético -basado en Ortega y Gasset y Goebbels-, si los estudiosos de la comunicación y los ideólogos de este país hubieran profundizado en las Teorías Críticas y los estudios culturales, si no hubiéramos comido tanta pizca de gallo, ahora nos daríamos cuenta de que ya no se trata de meros simbolos o simbolizaciones, como herramientas de enfrentamiento idelógico, sino de que el capitalismo, los ideólogos capitalistas, mientras nosotros seguíamos bobeando con actos que hacen bostezar, ¨galas político culturales¨ llenas de errores técnicos y tonterías, matutinos y vespertinos en las escuelas como póstumo homenaje al más absurdo ¨realismo¨ soclialista, aquellos se reinventaban virtualmente haciendo uso de las artes y los audiovisuales, algo que ya desde Lotman, Fabri y Adorno se venía anunciando.
La fuerza de un proceso de simbolización, su poder persuasivo, está en los valores asociados que éste tenga desde el punto de vista ético y estético, o sea, CULTURAL y no reducidamente ideo-político, lo cual hace casi un siglo lo anunció Maletzke, y solamente los directivos de la radio y la televisión en Cuba, y muchas instituciones culturales y educacionales, incluyendo quienes le dirigen desde el Partido, lo desconocen al promover bodrios que nada tienen que ver ni con las raíces culturales, ni con categorías éticas ni estéticas. . La relación del individuo con el uso simbólico -individuo, no masa tonta que necesita ¨la papilla ideológica¨, como ha sido hasta ahora-, se sustenta en valores que se crean desde la educación familiar, el ejemplo de los maestros, la moral de los dirigentes, las raíces culturales y la coherencia entre el discurso y la praxis, asuntos que tenemos en profunda crisis en nuestro país. Aquellos, los imperialistas, los oligarcas, podrán ser profundamente egoístas, podrán ser asesinos de niños del tercer mundo, podrán ser supremamente ambiciosos pero SON COHERENTES con su ideología, con la defensa a ultranza de su capital. Noostros estamos llenos de gente que por el día dicen un discurso patriótico en un acto político, y por la noche se duermen soñando con irse a pasear en un yate de lujo por el mediterráneo al compás de la música de Willy Chirino.
El mismo tipo que a mi me cuestionaba en Radio Granma poner al aire música de Ray Fernández y Frank Delgado, dedicada los primeros veinte minutos de cada consejillo que dirigía, en una emisora de radio de la Revolución, a mostrar su admiración por ¨La Belleza Latina¨ o los autos más caros del mundo...

viernes, 4 de noviembre de 2016

Santiago de Cuba y la adversante condición de su avatar.

"A mi no me interesa la cultura, lo que hace falta en este lugar es una buena venta", le dice la directora provincial de cultura de Santiago de Cuba, Tania Fernandez Chaveco, al legendario cantante José Armando Garzón. El "Angel Negro de la Voz Aterciopelada" rememora, no sin un soplo de amargura, la época en que hizo dúo con su amigo Pablo Milanés, y cómo: "lo que me vino encima por parte de los funcionarios fue un vendaval, después que Pablito me dedicara un concierto en el Heredia junto a Angel Bonne, Fátima Patterson y Electo Silva".
Conversamos, Garzón, un actor y locutor aficionado que antes fuera mecánico de aviación llamado Tomás, dos cubanas residentes en Italia y yo, en una hermosa casa a unos metros de la granjita Siboney y el museo de la guerra cubano-hispanoamericana.
Les cuento del Santiago de Cuba de mi niñez, cuando mis padres me llevaban a la consulta del doctor Marcos Cuesta por mi alergia, la misma alergia que apenas me da sosiego mientras Tomás recita versos de la nicaragüense Gioconda Belli, Garzón interpreta Quiero Hablar Contigo, de Carlos Puebla, y resuena el poema 15 de Neruda. La misma que alergia que me molestaba aquella madrugada a flor de la Bahía, con el entrañable Ado Sam, Yasmina Iglesias Nuevo y el pequeño gran realizador Guille, mientras nos llegaban los arpegios de una guitarra, trovadoresca, enamorada, terca, que no necesitaba cerveza "Bucanero" ni sorbos de "cristal", ni "un aparato tonto lanzando espuma a unos cuantos jóvenes tal vez sin cerebro".
Sí, he vuelto a Santiago de Cuba cinco años después del embate del huracán Sandy, cuando se sentía el dolor en forma de alarido, porque así lloran los nagües irredentos de la ciudad heroica, sea cual sea la adversante condición del avatar.
Ahora las calles hermosean orgullosas su renacimiento. Un heroico bombero centellea un "Viva Cuba Libre" y hace malamares entre la indisciplina víal de los motoristas y un vehículo de minas porque: "Viva Cuba Libre, compay, un vehículo de minas por la ciudad... Te das cuenta de que aquí to el mundo hace lo que le da la gana? Y después hay quien dice que no somos libres".
Y se ríe.
"Es que acaso la ciudad es sólo sus edificaciones, sus calles extraordinariamente limpias, sus ómnibus nuevos con sus propagandas ideológicas? O la ciudad es mucho más?" Me comenta el actor y dramaturgo Agustín Quevedo, frente a la vista de su apartamento en Versalles, mientras habla con nostalgia de los tiempos donde no había teatros cerrados, ni cines opacos por el reguetón y las fiestas del Hallowen.
Y yo pienso en José Armando Garzón, y de como la vida me ha dado el privilegio de escucharlo, transgredido aquel viejo disco de aquella EGREM, no de ésta EGREM que "parece preocuparse más por vender basura consumista que por defender la música cubana".
Cae la tarde y las montañas de La Maestra cierran sus laderas a la luna. Me doy cuenta que quizás bastaron cinco años para recuperar la caparazón después de la tormenta. Cuántos años habrá de demorar en recuperarse el alma?
Ahí estará la gran piedra en espera de la respuesta.